Hace tiempo que no escribo sobre mi “huerto”. Hoy, ha presentado una queja formal . Ha sido salir a plantar un par de matitas de rúcula (que se me había secado), cuando se ha manifestado. Primero, me ha enviado una horda de mosquitos invisibles que me han dejado los pies, tobillos y brazos perfectamente aguijoneados. Casi han sido picotazos simétricos. Después, cuando iba a regar, ha provocado un requiebro en la manguera y un chorro de agua ha impactado contra mi rostro. Cuando me tenía totalmente a su merced, me ha transmitido su mensaje.
No puede ser que durante un tiempo fuera el centro del universo de este blog y , ahora, esté relegado. Solo. Sin nadie que se interese por esas guindillas rojas y pequeñas que no son guindillas…
En este fase me rehecho un poco ¿Cómo que no son guindillas?
Tiene razón. Esto no son las guindillas verdes ( piparras) con las que después hago las conservas en vinagre ( y que tras tres ediciones, ya me salen bien!).
Estas son más pequeñas y se ponen rojas … Investigo un poco. Es una variedad de Capsicum annuum pero no sé si Tabasco o Pimienta de Cayena.
Me queda claro que las tengo que dejar secar y después, molerlas… Lo siguiente, será buscar un valiente que se atreva a probarlo…
Al huerto, le miento. Le digo que este año, quería probar la Pimienta de Cayena . Intuyo que no se lo cree pero no puede hacer nada…Se deja regar y cuando acabo, me pide que lo saque bien en las fotos.
Es un huerto huertocéntrico, que se le va a hacer…
Hay que tratar al huerto con mucho tacto, querida. Sabemos que no es demasiado espabilado, pero siempre está alerta. Deberías de saberlo ya por las experiencias vividas.
Hoy el mío ha intentado tragarse una pierna mientras lo escudriñaba en busca de los últimos tomates de la temporada. ¡Menos mal que he podido sacarla a tiempo. Sin embargo, he de constatar una baja, una pérdida sensible e irreparable, mi chancla de Koala bay, que ha ido a engrosar la tripa de ese voraz surco. Bueno, doy por bueno el sacrificio y la pérdida porque yo le he expoliado un par de kilos de tomates, un pepino, cuatro pimientos y dos guindillas verdes ¡Que se joda! que yo he salido ganando. ¿O no? A lo que cobran el agua estos cabrones del Canal de Isabel II, igual me merece la pena pasarme por la frutería del moro a comprar cadáveres de hortalizas y me dejo de riesgos innecesarios a la hora de cosechar ¡Qué uno ya tiene su edad! y no siempre reacciona ágilmente a los ataques del huerto.
No recordaba tu relación tipo » thriller» con el huerto…Sé que tu me entiendes, compañero.
Un abrazo, Cándido
También para ti, que últimamente andamos un poco «descontactados» muy a mi pesar
Para nada! Yo voy leyendo tu súper producción literaria….Eulogio y sus vacaciones ( pobrete! ;-( )…Estás sembrado, querido Cándido.
Abrazos conectados.
Me quedo más tranquilo. Gracias por todo