Hay una falsa…

Foto de Vincent van Zalinge en Unsplash

Urbanitas en el campo. 

Vemos un árbol lleno de mariquitas. ¡Qué monas! ¿no? Voy a hacer unas fotos. Hay mucho sol directo y me deslumbra. Cuando me acerco, cientos de mariquitas vuelan y se dispersan asustadas. Miro hacia arriba: el árbol está lleno. Hay muchísimas. Una colonia de mariquitas. 

¡Qué monas! ¿no?

En mi mente, tengo almacenada la información de que son insectos muy beneficiosos. Incluso, se utilizan como eliminadores naturales de plagas en árboles frutales, ya que se comen el pulgón. Y se ve que son muy voraces con lo que limpian los árboles de posibles intrusos. No hay que tocar las mariquitas… Pienso en el árbol que tengo delante : estará encantado de la vida… Me aparto del sol para ver la pantalla de la cámara. Me cuesta enfocar bien, hay un exceso de luz. Reviso las pocas fotos que he hecho y hago un zoom. Veo que las hojas están mordidas. Vorazmente. Muchas de ellas, casi desaparecidas.

Presto atención a las mariquitas. Hay muchas de ellas. La gran mayoría en plena fiesta sexual. Las otras, comiendo hojas. Muchas, muchas. ¿Qué monas? No sé, no son como mi mente urbanita las recuerda.

Y, parecen más alargaditas. ¿Son mariquitas?

Entonces, en San Google, encuentro la respuesta.

Los dos son insectos coleópteros. Queda más bonito escribir “coleóptero” pero los dos son variedades de escarabajo. 

Una es la Coccinellidae, la redondita. La mona.

Foto de Claude Laprise en Unsplash

La otra es la Lachnaia, la alargadita. A la que le he hecho las fotos.Se denomina escarabajo de las hojas o falsa mariquita. Es una especie fitófaga: se alimenta de tejidos vegetales y se va a comer ese árbol…

Así que tenedlo en cuenta. No hay que equivocarse. Las dos son escarabajos, pero uno se come a los bichos y el otro se da un festín de hojas.

Nota : La urbanita avisó al propietario del árbol y ya lo están tratando… ; – )

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Depredador voraz.

Comer una lechuga recién cortada del huerto es un lujo. La preparación de tal manjar está a la altura de su calidad, así que le dedico mucho tiempo a su lavado. Entre las hojas suelo encontrar pinaza, tierra y otros elementos de la naturaleza.

Esta vez, el hallazgo han sido dos mini caracolas. Tras asegurarme que no estaba su correspondiente babosa, me he dedicado a admirar su forma. ¡Qué monas! ¡Qué perfección de formas! ¡Qué belleza Fibonacci!

¿Son las culpables de los mordiscos de algunas lechugas? Ya sabéis que los caracoles aman la lechuga y son un verdadero problema en los huertos y esta caracolilla es muy bonita ( y sin babosa ) pero no deja de ser un tipo de caracol…

Resulta que la amiga caracola se llama Rumina Decollata o caracol degollado. Este último término, recoge la rotura que hace el propio animal por el extremo superior del caparazón para salir de allí.

¿Y comen lechugas? ¡No! Se comen a los caracoles que se comen a las lechugas. También se le llama “Caracol destructor”.

Son depredadores-voraces- de lombrices, caracoles, detritos vegetales y orgánicos, plantas, huevos de otros caracoles ,etc…Se ha utilizado como agente biológico contra plagas, pero, hay que ir cuidado con la Rumina Decollata. Como, encima, es hermafrodita y se auto fecunda , en algunos casos es peor el remedio que la enfermedad porque se multiplican tan rápido que puede convertirse en otra plaga que altera el ecosistema porque , como buen depredador, se come lo que pilla …

Ya lo sabéis. El caracol destructor parece inofensivo pero , no. Es un depredador voraz.

Quién lo diría. Tan pequeñito…