Cantando bajo la lluvia, literalmente.

Foto de Saffu en Unsplash

Por fin, un día de una lluvia copiosa y constante.  Era muy esperado, pero no estaba preparada. Ya hace un tiempo que perdí la fe en las previsiones meteorológicas. Tanto, que ni siquiera tengo controlados los paraguas de mi casa, que, por desuso y vejez, están en condiciones deplorables, de las que solo he sido consciente, en este día de lluvia inmejorable. El único “abrible”, el más feo, por supuesto.

Así que, con el paraguas psicodélico y capucha, por si acaso, he decidido salir caminando. Total, mi destino era cercano. La ida ha sido fluida. Me gustaba ver llover, sentir el olor a lluvia. ¡Por fin! 

Foto de Gage Walker en Unsplash

La vuelta, ha sido cantando bajo la lluvia. Literalmente. Porque ha empezado a llover con más fuerza, pero he estimado que quedaba poca distancia. No me ha importado, meter mis pies en el agua, porque ha llovido tanto que las calles no podían absorber la lluvia y parecía caminar en un charco continuo. Ha llovido tanto que, con capucha y paraguas, he llegado a casa totalmente empapada. 

Ha llovido tanto que, el sonido de la lluvia ha hecho que no oyera bien por los auriculares, que subiera el volumen y que me viniera arriba cantando alguna de las canciones de mi playlist, cosa que me ha hecho ver mi vecino mientras abría la puerta, sosteniendo el paraguas psicodélico y como si me hubiesen echado varios cubos de agua encima.

Ha llovido tanto que solo me ha faltado bailar bajo la lluvia.

Cantar, ya lo he hecho.; -)

Que llueva y yo tenga mi paraguas a mano.

Hoy, al abrir el maletero del coche para acomodar las bolsas de la compra, he visto mi súper-paraguas. Hoy , que hace un sol radiante , soy consciente de este paraguas. Cuando llueve a cántaros, como días atrás,  lo olvido completamente…

Es verdad que aquí, en Barcelona, llueve poco  y que si viviera en Londres, por poner un ejemplo, sabría – siempre-dónde está mi paraguas.

Justamente este que llevo en el coche, es uno de mis preferidos. Es de un color verde caqui muy sufrido. Es grande y se abre suavemente y, lo más importante,también se cierra con facilidad.

Pocas veces he tenido un paraguas que vaya tan bien como este. Siempre me ha fallado algo: el cierre ( duro para abrirlo), el cierre, de nuevo, que pellizca al cerrarlo. La varilla rebelde que se dobla y la que salta…Esos plegables que nunca caben en su funda. Los pequeños que casi mejor ir sin ellos…

Y, después, está el llevarlos…Poca práctica, claro. El encaje del paraguas entre dedos y bolsas, por ejemplo. Los cambios de mano, el apartarse cuando te encuentras con uno que no lleva o con otro que lleva uno más grande que el tuyo. Esa zona ciega en la zona lateral, o en la frontal si el viento arrecia y lo llevas en modo escudo protector...

Yo, en caso de vivir en zona lluviosa ( ahora, en Seattle) me compraría este :

Y es que el paraguas , tiene su qué. Si lo dejas caer dos veces, quiere decir que tienes a bien, establecer relaciones con la persona que tienes delante. Os lo aviso, por si alguién no lo sabía. Aunque fuera una costumbre del S. XVIII, no se sabe nunca… Ya en la antigua China, en Egipto y en Asia en general, se utilizaba el parasol o sombrilla. Les protegía del sol, básicamente. Es ya en el S. XVII cuando se introduce en Europa y cambia de funcionalidad, para pasar a parar las aguas… He leído que los primeros paraguas pesaban casi 5 kilos. Yo estaría destinada a mojarme, siempre : ¡5 Kg!

paraguas1

Tiene asociada la superstición de que si lo abres en el interior de una casa , atrae la mala suerte. Hay dos explicaciones de diferentes signos . El histórico : al proteger del «Sol» , símbolo divino en muchas culturas, se consideraba sacrilegio abrirlo en un lugar sombreado. Incluso, por su forma circular, representativa del astro rey.

La visión más pragmática es la que dice que cuando se inició la producción de paraguas desplegables, los mecanismos de apertura eran tan burdos y malos que podían abrirse, disparando las varillas.Nadie sabía lo que podía pasar y qué se podía romper al abrir un paraguas en casa. Era peligroso…

 

No sé si esta semana habrá lluvia… La previsión es de cielos nublados, sin chubascos pero ,ahora, tengo al paraguas en mi mente. Venga , que llueva,  que esta vez estoy preparada.

paraguas

 

 

 

 

Meteorología.

Y que conste que yo me leo las previsiones y, a veces, hago planes teniendo en cuenta esa lluvia, ese viento o ese sol potencialmente presente.  Ahora bien, este me parece el sistema de predicción meteorológica definitiva.

 

Y si llueve o hace sol ( en Japón se utiliza para protegerse del sol), me quedo con este paraguas que he llamado «Tengo un bosque encima de mi cabeza».