Mientras fotografiaba esta luna, mis vecinos estaban celebrado una fiesta de Halloween. Veía el titilar de las velas y oía las risas y grititos (se estaban dando sustos) de los invitados. El tiempo, suave y cálido de Barcelona, permitía que estuvieran al aire libre. Muertos de risa.
Confieso que, a eso de las ocho de la noche, al salir a sacar la basura, me ha impresionado ver a una persona disfrazada de Frankenstein (o intentándolo) y, después, ver bajar del coche a uno que conozco que se ha colocado una sábana blanca por encima de la cabeza, agujerada en los ojos. Me ha saludado y he comprobado que no sabía por dónde sacar los brazos…La anfitriona, que siempre va de punta en blanco, ha aparecido con ropa rota, despeinada y maquillada tipo zombie… Ha guiado al fantasma que, ya no tenía bien colocada la zona de visión, e iba dando tumbos.
Si alguien se pregunta por qué Halloween triunfa mucho más que “Todos los Santos”, la respuesta la tiene en la fiesta y las risas…
Espero que el fantasma, haya llegado bien a casa… ; – )
Bueno, no hay que ser excluyente, entre los dulces del truco trato incluir un puñado de panellets y marrons glacè (con este calor quien es el guapo que come castañas asadas) y en paz.
Las risas siempre han de ganar!!
😘
En casa, comimos panellets de piñones, con sombreros de bruja y caretas de Scream…Fusión extrema.,.;-) Besos!