El ser humano es tan simple, en su complejidad, que es necesario alejarlo de su zona de confort para que aprecie las simplezas que configuran su mundo.
Esa distancia, que franquea la comodidad, se convierte en un poderoso altavoz de lo fantásticas que son esas rutinas, a las que no se da importancia porque están ahí siempre y creemos que siempre estarán ahí.
Y hablo de las cosas más tontas…
El café con leche, por la mañana, hecho como a ti te gusta.
La lectura del periódico mientras lo paladeas y las neuronas se van encendiendo.
Tu cama.
Tus sábanas.
Tu almohada.
¡Qué maravilla!
Si.. la sencillez de un amanecer con un capuccino entre las manos.. Buenos días ! :-*
Cómo he echado de menos “mi” forma de hacerme el cappuccino en casa!,
La pasion que transmite lo sencillo …
He descubierto que adoro mi almohada…Sí, es pasión…:-)
si eso que solo se aprecia cuando ya no lo tienes . Por eso la clave esta en disfrutar todo lo que nos rodea gracia por compartir
Y esto son cosas muy básicas…Imagínate lo más trascendental…
es que hay esta el problema nos dejamos llevar por lo transcendental y no apreciamos lo mas básico y hermoso de esta vida que son los pequeños detalles , que al final de la jornada de nuestra vida son los que mas valoramos
Yo estoy pasando por una interesante valoración de lo simple…Pero, de vez en cuando, me pierdo en complejidades absurdas y debo reconducirme …Voy mejorando con el entrenamiento…Un abrazo!