Por si…

Llega el cambio de estación y, como cada año, reviso mi armario. Como cada año también, me asusto de la cantidad de prendas que acumulo. Y, como cada año, me propongo limpiar, reciclar, donar y no volver a comprar sin rumbo.

Este año lo voy a conseguir.

Ente todas esas piezas, hay algunas que tienen una etiqueta mental de “Por si”. Es ropa que se guarda para ocasiones especiales o específicas y que son desde celebraciones , temas laborales, posibles destinos ( mucho frío, mucho calor, montaña, nieve, playa caribeña…) a , simplemente, aquella americana que como te gusta mucho quieres conservarla “Por si”. Hay cosas que aún están con la funda de la tintorería para ese futuro potencial.

En ese armario también hay “Por sis” simbólicos, que no son de tela.Cosas que se dejan de hacer por el “Por si”. No son objetivos complejos que se deben analizar con todas las variables pero sí que son pequeños detalles como una llamada o un café que se quedan ahí, en la percha colgados o doblados en la estantería más alta, esa a la que no llegas si no vas a buscar la escalera.

Hay que desempolvar todas esas prendas. Aunque tengan hombreras de tamaño imposible. : – )

#NuevaRealidad (Cambio de armario.)

Ya sé que no es muy normal, salir a la calle , en pleno noviembre, con unos pantalones de lino y sandalias. Lo sé. Ha llegado el momento del cambio de…armario. Lo llaman “Reordenación de temporada” pero a mí me gusta utilizar lo del armario, como antes.

En el momento en que las temperaturas cambian (hacia arriba o hacia abajo, según sea verano o invierno), me planifico un día para realizar el cambio de armario. Me gustaría tener uno muy grande, en el que tener las prendas de abrigo y las veraniegas, divididas por un espacio vacío. Una frontera invisible, pero… parece ser que mi armario bio es pequeño (una tara genética, me dicen los especialistas) y tengo que llevar cosas de un lado para otro para que todo se ubique de la forma correcta.

El proceso es laborioso, pero, por fortuna, indoloro. Es como cuando tienes toda la ropa desperdigada encima de la cama y no ves el momento en que todo esté ordenado… Camisetas de manga larga, abajo. Las de manga corta, arriba. Las bufandas a la vista, el lino y la ropa de playa, empaquetada y en una bolsa del IKEA con cremallera.

reordenacion

Me estiro en la confortable cama de la consulta de Reordenación y dejo que me pongan el casco neurológico. Ya es casi invierno y tengo que empaquetar mis sensaciones de la primavera-verano.  Siento la pulsación que da lugar al inicio del reordenamiento.

Se archiva el confort de los pies descalzos, la ropa liviana, la operación bikini, los baños en el mar, los paseos en un atardecer anaranjado…Se recupera la emoción de la Navidad, el crujir de la nieve, la tarde que se convierte rápidamente en noche , los escalofríos por no llevar guantes y bufanda… Cuando acaba el proceso, ya estoy en modo invierno…

Llego a casa y me froto los brazos para entrar en calor. Pongo la calefacción y me preparo una taza de chocolate caliente… Compruebo que funciono normalmente y mi comportamiento se ajusta al invierno .

Ya he hecho el cambio de armario…

NB: Tal y como va la cosa en esta pandemia, me esperaré al próximo confinamiento para hacer mi cambio de armario manual.