Creo que la zona cercana a la ventana de mi dormitorio tiene una acústica increíble para insectos y pájaros. Por lo que sea, debe reunir las condiciones físicas y ambientales adecuadas para que los sonidos se amplifiquen.
Lo que me tiene desconcertada es que atraiga a criaturas de cantos monótonos, monocordes y continuos. Me pasó con la cigarra del verano y, ahora, repito con el carbonero común de la primavera.

Este precioso pajarillo emite un canto tipo “ti-tu, ti-tu” para atraer pareja y marcar territorio. Lo hace a una hora temprana, cuando más silencio hay en la calle.
La intensidad es máxima, y se ha venido arriba.
El carbonero común que resuena en mi ventana a las seis de la mañana no es común. Se cree que es un Pavarotti con plumas…

No es mi intención silenciar a la naturaleza, pero, si no encuentra pareja pronto, le agradecería que cambiara de horario y lo retrase un par de horas.
Lo malo es que no sé cómo decírselo.
A ver si encuentro el código oculto en el “ti-tu, ti-tu”…

Siempre le puedes decir… «a procrear al autocine!»
Autocine…Hay quien, por edad, no sabe que es eso. A nivel de la cinta de casette ; – ) A día de hoy, el pájaro sigue sin encontrar pareja.