Una llega de estar unos días fuera de casa y el huerto se ha despendolado. También es verdad que se le ha sometido a una sequía imperdonable (eso significa que no voy a perdonar al encargado de regar en mi ausencia que NO ha regado).
Las tomateras ( que ya estaban en su fase final pero aún tenían tomatitos) están secas. Tristes, también, en la despedida.
Unos se van y otros se vienen arriba. Es el caso del único pimiento ( the one) que hay en mi huerto. Está gordote y ya poniéndose rojo ( de la vergüenza que tiene de estar en ese mini huerto. Lo sé).
Perejil, albahaca y aromáticas, han ido sobreviviendo como han podido. Las he encontrado muy estresadas…
Las guindillas… ¿Qué puedo decir de esa planta? Llueva o no, se riegue o no, haya huracanes, granizadas o el fin del mundo …Ella sigue produciendo guindillas.
Y para acabar, ha sido desaparecer unos días y que se desarrollara un romance, en toda regla, en el huerto. Hay amor y mucho. Se nota…En el barrio bajo, ocupado por unas macetas, una planta de estevia y una planta guindillera han empezado un rollete.
Es la estevia la que se ha lanzado. Claramente.
Espero que los tomates se reanimen.
Ummm…Va a ser que no, Zambu.
Ya están ” en paz descansen” …
Besos!
Es lo que tienen los bajos fondos, mucha promiscuidad veo yo por ahí.
El pimiento no está avergonzado, es tímido, discreto y pudoroso, que no es lo mismo
Yo estoy acojonada esperando a ver esas “guindillas esteviadas” que van a salir de este amor interplanta…
El pimiento , hoy, ya está casi rojo . Al 90%. Desvergonzado, diría yo.