Pasear es una de las mejores terapias de oxigenación mental que existen. Puedes hacerlo por las calles de tu ciudad, no digo que no, pero si se puede optar por un trocito de naturaleza, la terapia es de máximo alcance. Bosque, valle, montaña…
También el mar…
Se combina la ciudad y la naturaleza, porque los paseos marítimos suelen estar asfaltados y hay coches cerca pero, ya que no tenemos acceso a una playa virgen, en esta simbiosis de coches, humanos y edificios, la brisa, el sonido de las olas, la luz y sus reflejos compensan…
Cada día es diferente. El aire huele y sabe diferente. Sol o nubes. Día azul o día gris…
Siempre bonito.
Siempre oxigenante…
Caminar es un bálsamo para el espíritu (y un reconstituyente para el cuerpo). Eso si se realiza en un sitio cualquiera. En la Naturaleza el resultado es… lo mismo pero multiplicado por un millón.
Esa playa me recuerda a la de Gavá.
Es la playa de Gavà! Me recompone… :-)