Mala praxis con la lechuga…

Seguro que ha sido por mi culpa…

Yo tenía dos lechugas en el huerto urbano. Una, la coseché y pasó a formar parte de una ensalada variada pero ya la encontré amarga así que,  la segunda lechuga, quedó relegada a un “a ver qué pasa”.

El “a ver qué pasa” se ha transformado en un espigado de la citada lechuga, con su producción de flores incluida. Las causas, dicen los expertos, pueden ser por temperaturas muy altas, falta de abono o falta de agua…

Parecía que ya no se podía hacer nada con esta lechuga espigada pero, ( y sigo con los expertos) “podemos aprovechar la ocasión y dejar que florezcan con el objeto de recoger la semilla.”

Y en esa fase está la lechuga espigada… Muy estresada porque estoy presionándola para que produzca semillas…

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