Lo que os explicaré, le otorga un valor inmenso a mi minúscula cosecha de tomates cherry.
Creo que serán los últimos (aunque nunca se sabe lo que pueden hacer estas matas rechonchas) y me ha gustado que estos últimos , valieran un potosí.(*)
Esta mañana, he ido a comprar un par de plantitas de albahaca, en un precioso macetero de mimbre . Tenía que hacer una visita. Mi madre tiene unos vecinos encantadores . Son un matrimonioque tienen dos hijos. Un telecos guapísimo y una chica de 36 años. Ella, es ciega. Desde los siete años y por las secuelas de un tumor cerebral. Vive con sus padres pero es una mujer muy independiente: gran nadadora ,deportista de élite, fisioterapeuta. Ha estado cuatro meses ingresada… Y volvió a casa en mi ausencia….Así que le he ido a dar un abrazo de bienvenida y le he llevado las dos plantas de albahaca, para que las toque y las huela. Además, ahuyentan los mosquitos.
Me ha impresionado su extrema delgadez, su cabeza rapada llena de heridas de guerra…pero…lo que más me ha impactado , ha sido su forma sencilla de afrontar la vida. Sencilla y llena de fuerza. Me ha hecho pequeña. Diminuta. Me ha empequeñecido a ese nivel en el que te preguntas : ¿De verdad, me puedo quejar yo de algo? Y ahí, ya os digo, yo ya era microscópica…
Ella es vegetariana. Le he hablado de mi huerto y de mi futura cosecha de 15 o 16 cherrys. Ella me preguntaba, con interés, con curiosidad. Le he explicado que regaba con agua de lluvia, que sólo utilizaba productos ecológicos y que , sobre todo, le hablaba mucho. Largas charlas con los tomates,la rúcula, el perejil…De esas trascendentales, en las que quieres cambiar el mundo …Reíamos. Nos reíamos de mis pobres tomates. Reíamos… : – )
Le he dicho que esa “cosecha” , sería para ella. Y por la tarde, los he cogido, los he puesto en una mini cestita con un fondo de albahaca fresca y se los he llevado a casa. Para cenar.
Le ha hecho tanta ilusión que mis tomates , de repente, han convertido en un tesoro. Yo decía aquello de : ¡Por Dios, que sólo son un puñadito de cherrys! Pero me sentía absolutamente complacida al ver cómo los tocaba, los olía…encantada. Disfrutando a tope de ese momento.
Nunca pensé que esos cuatro tomatitos, de mi pobre huerto urbano, nimio y casi tamaño pulga, pudieran saberme tan, tan ricos. Tan plenos de lecciones de vida. De moralejas. De aprendizaje.
Ella no quiere que se encojan los corazones y, lo cierto, es que el corazón se expande ante su actitud frente a la vida.
Mis tomates, hoy, han sido la cena de alguien que vale un potosí. (*) Los ha transformado en «una riqueza extraordinaria»…
NB 1 : (*)potosí. Riqueza extraordinaria.
La ciudad de Potosí, (Bolivia), llegó a ser una de las más grandes y más ricas del mundo, gracias a sus centros mineros de estaño, zinc, plata, cobre y plomo. . Del Cerro Rico de Potosí , se extraía la plata con la que se acuñaban el 90 % de las monedas españolas.
La leyenda cuenta que, con la plata extraída de sus tierras, se podía construir un puente que atravesaría el Atlántico, uniendo Bolivia con España.
El nombre de Potosí proviene de la experiencia del indio inca llamado Huayna Kapac. Oyó una voz atronadora en el cerro, hablándole en quechua. De ahí en adelante, el cerro pasó a llamarse Potojsi, que significa: “Truena, revienta, hace explosión”.
NB 2 (otros habitantes del huerto): Estoy dejando las guindillas en la mata ( ya son bombas mortíferas, seguro) esperando que se pongan rojas pero empiezo a pensar que esta variedad no se pone “colorá”. De momento, las guindillas crecen y ya son guindillazos!!!
Me ha gustado, muchisimo… Te lo digo muy en serio, tanto que no tengo ni idea de que comentarte ¿Como lo ves? Ufff
Un besazo poseído, hoy mas que nunca!
A veces, sobran las palabras…
Gracias, Nieves.
Besazo.
A tus ojos era imposible que no vieras a una heroína de la vida, que con una sonrisa sencilla, te hace descubrir el sentido de la misma, y la importancia de unos cherrys que le has ofrecido, y que ha sabido darle la categoría que merecen. Estoy convencida de que ha visto en tus ojos el cariño, y se ha sentido reconfortada, minimizando lo vivido, y pensando.. «al menos estoy aquí». Un beso muy fuerte.. y estan preciosos los cherry, rojos y atractivos.. casi, provocadores. :-)
En realidad, ella se ha convertido en una » disfrutadora»del más mínimo detalle de la vida.Me dio una valiosa lección, sin querérmela dar…
Mis tomates estaban preciosos…Sabían dónde iban y se pusieron de gala…;-)
Súper-abrazo mega-gigante!
Lo más sencillo, muchas veces es lo más apreciado.!!
Unos minitomates o un breve abrazo dado con cariño son un Potosí.
Besos.
Sí.Así es.Sencillo.
Besos!
Me alegro por ella y por ti, Bypils; me alegro mucho.
Un abrazo.
Gracias, Zambu.
Estas cosas,te hacen poner las tuyas más en su sitio…
Besazo.
Qué bella historia ésos maravillosos tomates y vosotras dos.
Hay otra combinación genial y son ésos tomates y las guindillas, varios tomates con un guindillazo debe ser una experiencia muy especial.
Un Abrazo Bypils :) .
Gracias por lo primero.
A lo del guindillazo ( y como te aprecio, querido Joaquín) he de decir que NO te dejaría…Si » eso» no se vuelve rojo, como me indicó Dolega, lo guardaré como arma de defensa personal.;-)
Un abrazo.
He aquí. con todo detalle. los placeres y alegrías de la huerta :D
Besos
Un gran placer, la verdad.
Sólo por ese momento ( ya me han llegado noticias de que se los comió en plan » reverencial» , como si fuera un manjar), tienen sentido mis tomateras…
Besos, Nergal
Así es, hay personas que te enseñan de la manera más sencilla cómo afrontar con planitud el difícil camino de la vida.
Precioso post.
PACIENCIA con las guindillas. Todas las guindillas se ponen rojas, es cuestión de tiempo. Yo he tenido de esas y ahora las tengo en un bote metidas, pican como su puñetera madre y son rojas sangre. :D
Besazo
Y no sabes como me ha descrito lo buenos que estaban los tomatitos…He tenido feedback, además, y del hiper gratificante…Una campeona de la vida .Yo, a sus pies.
El guindillazo debería llamarse Dolega.Las he dejado, siguiendo tus sabios consejos. ;-)
Besazo.
Sip. A veces encontramos lecciones de vida donde menos lo esperamos
Precioso post
Y son…grandes lecciones.
Besos, TD