Fueron 16 olivas.
Cosechadas con todo el amor del mundo.
En maceración, tras el tratamiento para eliminar el sabor amargo, desde inicios de octubre.
Cuatro meses después, toca la cata.

Resultado de la cata: no he probado nada más amargo en mi vida. Solo hemos podido con una oliva, la primera. La persistencia del sabor es intensa , duradera y desagradable. Efectivamente, algo ha fallado en el proceso…
O sea, fail de olivas.