Recuerdo perfectamente el día que trajeron esta planta a la casa de mis padres. Un amigo de la familia , que tenía segunda residencia en Costa Rica, les regaló unas Cycas para el jardín. Siempre creí que esa era su procedencia genuina , pero resulta que son originarias de Japón ( como las camelias). Eran pequeñitas e insignificantes y mi padre, sin saber que aquello era de crecimiento lento pero seguro, las plantó cerca de la valla.
La vida ha seguido su curso y las Cycas se han ido convirtiendo en lo que se llama “falsa palmera” ( y ya se ha visto que lo de la valla no fue buena idea). La planta era curiosa porque iba desplegando hojas y, en el centro, emergía como un semicírculo de algo aterciopelado de aspecto similar a un alga o una forma del fondo del mar. (*)
Esta semana me llama mi madre.
–Tienes que ver lo que tienen las palmeras del Brusti.-Ese era el apodo del amigo de mi padre -. Una cosa muy rara. Como bolas de color naranja. Grandes. Hay muchas.
Cuando la veo, admito que mi madre no exagera. Nunca le habíamos visto esas…bolas. Parece alienígena. Busco en mi app PlantaNet y descubro que es una Cycas Revoluta femenina. Ha producido semillas que son esas pelotas que parecen comestibles, pero…no. Es una planta súper toxica : todo en ella, las hojas y sobre todo las semillas. El veneno (hepatotóxico, hemotóxico y neurotóxico)que produce puede llegar a matar al 75% de los animales que se alimentan de sus frutos.
Y aquí viene la pregunta ¿Por qué tanto veneno? La respuesta es la evolución. Resulta que la Cycas Revoluta es un fósil viviente. Ya vivía con dinosaurios y los más de 300 millones de años de evolución le han hecho desarrollar estrategias de supervivencia para disuadir a los depredadores que podían ponerla en peligro.
Ha llegado hasta este periodo de la vida en la tierra, tras 300 millones de años pululando por aquí. Sobreviviendo a las diferentes extinciones de especies y defendiéndose a base de sustancias tóxicas desde la prehistoria.
Sin dinosaurios al acecho, ahora, el ser humano la planta en jardines.
Y en macetas…
Foto de Anastasia Tretiak
(*) Mis «algas » son los esporangióforos femeninos . Son hojas modificadas, de ahí su aspecto plumoso.