Imaginad que tenéis una bodega.
Es grande.
Ahí (se supone que podría estar localizada en el área de Broca), al fresco y en la oscuridad , se almacenan miles de…palabras.
Cuando hablamos y abrimos esa bodega para seleccionar la palabra que necesitamos, activamos una búsqueda en una media de 30.000 palabras. Y cuando hablamos, accedemos a una media de 150 palabras por minuto.
Y lo hacemos de forma fluida, fácil, inconsciente y muy, muy rápida. El cerebro recupera las palabras que las personas quieren expresar en menos de 200 milisegundos. Y cuando uno va deprisa…se equivoca.
Cada siete minutos ( una 1000 palabras pronunciadas), es posible que se produzca un error. O sea, que nos equivoquemos al coger la botella de la bodega o al ponerla encima de la mesa. Depende de si el error es de orden o semántico…
Estos errores “verbales” al hablar, son los “Laspus Linguae” (Resbalones del lenguaje) y hay de muchos tipos: de cambio , de anticipación , de repetición, sustitución , mezcla… También se llaman “spoonerismos” en honor al Reverendo William Augustus Spooner que cometía muchos . Este es un ejemplo : en una ceremonia matrimonial pronunció : “Se besumbra acostar a la novia”…
Lo curioso de estos Lapsus Linguae es que el receptor del mensaje, aun lidiando con palabras falsas o mal colocadas, lo entiende perfectamente. El análisis del contexto y toda la información que estamos procesando en la conversación, nos permite “entender”al que se ha ido a la bodega y ha vuelto con la botella equivocada. Nos la bebemos igual…
Este rollo sirve para acabar con lo que yo quería acabar.
Voy en un taxi . Lo conduce una mujer de unos 50 años, dicharachera y habladora (cuanto más produces, más posibilidades tienes de equivocarte). Me pregunta que ruta prefiero y ella me recomienda la de las redondas. Entiendo, a la perfección, que se refiere a las rotondas. En un cruce especialmente complicado, se da una situación crítica y la taxista le da con ímpetu al claxón, increpando al otro conductor y exclamando absolutamente indignada:
Y…lo entendí.
Le respondí : A mí también me ponen estética…
A mi también me ponen estético… Y
desde que oí decir lo de las Rotondas hace mucho tiempo, yo en plan de coña con amigos también siempre digo ”Las Redondas”…
Besos.