Estaba trabajando en mi zona del exterior, donde el cemento me permite hacer de las mías y pintar, barnizar, encolar, lijar, etc., Sin temor a manchar… Es un espacio libre de ataduras…
La circunferencia, que nunca he podido quitar, es la huella artística de un spray de pintura y está ahí, diferenciándose de las otras manchas amorfas y descoordinadas, en su perfección de la forma.
Estos días ha hecho viento y volaban hojas y pinaza. En uno de esos arranques, una hoja quedó ubicada, exactamente, en el centro de la circunferencia. Y no se movió, ni con la brisa residual que circulaba por la zona.
La puntería , la persistencia y la forma de corazón, se merecían la foto.