Recuerdo un par de veces en las que he tenido miedo tonto. Hablo de ese miedo que te provoca una lectura o una película de terror. Un miedo artificial a no sabes qué, que sabes que es imposible que sea pero que te acojona… ¿Cómo va a aparecer la Niña del Exorcista en el salón de casa?
Mis padres habían salido a cenar y mi hermano, también. Yo sola, en el sofá de casa y la película “El Exorcista”. Ya en aquella época me gustaba Stephen King y las pelis de terror así que el plan me parecía absolutamente fantástico…Han pasado muchos años y me acuerdo de aquello, perfectamente.
Aquella noche, la casa crujió de mil formas distintas y todas diferentes a cualquier ruido familiar que mi cerebro pudiera identificar. Creí oír pasos, claros y precisos, que se acercaban a mi cama, aunque lo más factible es que fuera la extraña combinación de los latidos de mi corazón y el zumbido sordo que sientes en los oídos… Cuando oí que mis padres entraban en casa, respiré aliviada (algo inaudito porque el objetivo deseado era que llegaran lo más tarde posible). Y, ahora que lo pienso, ¿Qué hubiesen podido hacer ellos si la niña maldita hubiese estado por ahí?
La segunda vez, la película inspiradora de un miedo tonto aterrador fue “Tiburón” y es culpable de que ya nunca, jamás, haya podido disfrutar plenamente de un baño en alta mar…Ahora mismo, mientras escribo esto, oigo aquella música de aproximación del escualo a la carne fresca humana… Me impactó muchísimo aquella imagen de las fauces, emergiendo del mar… En mi casa, en el verano, hemos sido de playa y de tener una barquita en la que “los mayores” salían a pescar pulpos y mejillones. Siempre hemos sido niños y después, jóvenes acostumbrados a salir con la barca y disfrutar de los baños, lejos de la orilla…
Pues bien, una de esas mañanas de verano, nos tiramos para bañarnos en una zona alejada. Cosas habituales como esas corrientes frías que, a veces, te sorprendían o esos roces de algo sin nombre que, también a veces, acariciaban las piernas … o ese color oscuro, negro, en las zonas más profundas, dónde había rocas o algas. Todo eso, eran señales familiares que no me producían miedo… hasta “Tiburón”. La peli estaba de moda y en eso, uno que grita tiburón! Y otro que hace la musiquita. Y aquello frío, en las profundidades…Me dio un no-se-qué que me hizo alcanzar la barca en tiempo récord y subir a ella, más ágilmente que nunca en mi vida. Ya nunca, el baño en alta mar, ha sido igual.
El susto que me he dado esta noche me ha hecho recordar estos momentos de miedo tonto… Era ya muy, muy tarde. Estaba desvelada y me he levantado para tomar un vaso de agua. La casa estaba a oscuras, pero las penumbras eran familiares. Silencio total. Me dirijo a la cocina y en esto que oigo un ruido extraño que me ha sonado fuerte y muy cercano. Lo que fuera, parecía estar a mi lado. Y …susurrando…Han sido unos pocos segundos de miedo tonto hasta que… me ha llegado el aroma de “Brisa de la Mañana”.
Y, entonces, en el momento en el que mi cerebro ha procesado ese aroma, he decodificado la situación y he resuelto el dilema: el ambientador con sensor de movimiento. Hace dos días, compré un difusor eléctrico que he situado en una zona a la que no estoy acostumbrada. No he tenido tiempo de familiarizarme con ese flushhhh en el momento que expulsa el perfume…
Añado un difusor de ambientador a mi lista de impactos para un miedo tonto total…
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Yo miedos «tontos» los que quieras. Lo del difusor … ni te cuento los clecs i clocs de la Rumba en su cargador y la lucecita verde. Hay que ver como ilumina la maldita en la oscura noche!
Ayer descubrí otro sonido aterrador: mi vecino se ha comprado una aspiradora nueva y la probó por la noche…Escalofriante! Abraçada!
Qué bueno! Que sepas que el Exorcista me lo tuve que leer de día. Gran tontería ya que nadie me quitaba el miedo nocturno…besos
Y, este fin de semana, vi la nueva versión de IT…Añado “payaso” a mi lista…Me había olvidado de él…Petons!
Jajaja, muy buena entrada porque me he sentido totalmente identificada. Miedos tontos creo que los tenemos todos, aunque en mi caso a veces van un poco más allá, porque tengo varias fobias. Así que los miedos tontos hasta me gusta sentirlos.
Tema fobia ya es más serio .Hay algunas que te inhabilitan la vida…Estos miedos tontos, duran lo que nuestro cerebro tonto, tarda en desactivarlos con la realidad…