Puedes oír la palabra princesa y evocar a Sabina.
O acordarte de ese novio meloso o ese camarero de barra que te dejaba la copa con un “Aquí tienes, princesa“.
Según el tono y la circunstancia en el que la palabra es emitida, el princesa puede sentar como una caricia-halago o , en su sentido más contrario, como una verdadera patada en los huevos ( ovarios, en este caso).
A casi todas las mujeres, las han llamado “princesa” en algún momento de la vida. Y si te pones a pensar, el mejor de todos, es en la infancia, cuando todo es rosa y purpurina y lo que más deseas en el mundo es que te regalen vestidos que giren y giren y giren… Es en ese momento de nuestra vida, cuando aun no sabemos en qué consiste la susodicha, cuando debemos disfrutar hasta el derroche el ser princesas. Después, pierde la gracia.
Hoy, me ha sorprendido ver en una agenda de móvil , mi número de teléfono identificado con la palabra princesa y mi foto Es un móvil de hoy, en manos de uno de los personajes más queridos de mi infancia. Al ver esa palabra, he recordado tantos y tantos momentos en los que yo fuí una princesa, rodeada de regalos y cariño.Y, ese recuerdo siempre me llena de felicidad. De satisfacción. De privilegio, por ser una de esas niñas que pudieron ser princesas.
Tengo la teoría de qué muchos de esos recuerdos felices ayudan a configurar otra “felicidad” , de otro tipo, en el futuro. Es como un almacén de reserva…Los recuerdos de mi infancia desde la perspectiva de una vida ya bastante caminada, me hacen sentir esa explosión interior de algo -que -no -sé- definir pero que conforta . Y, sin darme cuenta, eso -que -no- sé -definir, me ayuda a seguir caminando la vida …con un paso más ligero .
Más cursi no podía haber quedado pero es que hoy, vuelvo a ser una princesa…
N.B : Gracias, padri.
Solo me lo ha llamado una persona y en un par de ocasiones únicamente, quizá por eso, porque tengo trauma a mi hija se lo digo todos los días un par de veces como mínimo, para que lo interiorice como lo has hecho tú.
La magia, ahí se queda para después…
Un beso a tu Princesa!
Eres una princesa en los blogs y seguro en muchos aspectos de la vida.
Lo siento.
Un Abrazo Bypils :) –
Jo, Joaquín ! Es que haces unos comentarios galantes que le suben a una su ego al mundo de las princesas! ;-)
Gracias!!
Besazo.
yo fui la princesa de mi casa hasta los 10 años aprox.. luego de eso, pasé a ser Cesa. (mi hermano no podía pronunciar el prin… y luego todos en mi familia empezaron a llamarme así: Cesa)
20 años después sigo siendo “la Cesa”
Claro que algún pretendiente si me dijo el típico princesa… pero yo Puáj! no gracias!
ps: mi papá le dice a mi hija “cesa bebé” y ella responde “ya no soy bebé!” pero bueno esa es otra historia jeje
Qué bueno!
Es una historia preciosa y la Cesa que viene, ya apunta maneras…;-)
Besos, Cesa I
A mi me llama princesa un gran amigo que vive lejos y siempre que hablamos me pregunta “Como va todo princesa?”. Es una delicia saber que eres princesa para alguien.
Una reflexión cargada de nostalgia la que nos traes hoy …
Un beso
Pus si, Efw pero es una nostalgia feliz…
Besos!
Pues si, me llaman princesa últimamente y si es agradable… Nunca me lo dijeron de niña tal vez por eso soy mala persona! Besos infernales.
Quien se autodefine como “mala persona” no suele serlo, princesa… ; – )
Abrazos demoníacos!!
No te quedó cursi, te quedó bonito y sincero!!!
PD: Esto me recordó algo. Mi papá me sigue llamando reina. Recuerdo que en la etapa que yo llamo “oscura”, la adolescencia, odiaba que lo hiciera delante de la gente porque me avergonzaba mucho… Con los años ha adquirido otro significado, uno hermoso, y ahora le digo que yo seré su reina hasta que uno de los dos no estemos. En casa soy la reina aunque mi único reinado real llegue hasta donde me llegue la imaginación…
Eh! Eso es un grado más en la escala de Palacio! ; – )
Besos, Reina.
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