Escogí el terreno con mucho cuidado. De todos los campos de la familia, sólo uno era idóneo para el cultivo. Estaba situado al norte de la finca y parecía tener la magia necesaria para que la siembra prosperara… Los días no parecían acabar nunca mientras quitaba la maleza y las malas hierbas y aireaba la tierra bajo un sol abrasador .Trabajé durante meses…
La noche en la que llegó el viento, todo estaba preparado.
Lo sembré, lo cuidé y hoy, he cosechado mi primera Tempestad.
Notas de cata: Tormenta muy rápida e intensa. Con matices de truenos y trazos de rayos y relámpagos. Si se consume muy fría, aporta toques de granizo.