Confesión: me instalé el Pokémon Go en mi iPad.
Me activó una llamada a la puerta de unos niños vecinos que habían detectado unos Zubat en mi casa…Los dejé entrar y que los cazaran…
Mi objetivo era saciar mi curiosidad…
Además del público “en edad de jugar”, he descubierto que el límite de edad es muy difuso y que hay adultos , igual de enganchados al Go que los más jóvenes. También es verdad que hay una variable que influye en esta adicción y es que están de vacaciones y con más tiempo para quedarse absortos mirando la pantalla de su móvil y más tiempo para pasear con sus hijos ( que si que juegan al Pokémon Go buscando esos bichitos ( Pikachu, Charmander, Magikarp , Caterpie….)
Para jugar debes moverte. Así que la masa en movimiento se divide en : 1) adolescentes andando, en bici, en skate, etc, (y adultos!) y 2) niños “agrupados” bajo la vigilancia de un adulto. (Sin adulto responsable el juego es inviable.)
Ya no sirve quedarse a jugar en casa… La calle espera …Hay quien dice que es bueno porque de esta manera, dejamos el sedentarismo de los juegos a los que estábamos acostumbrados y nos movemos. No digo que no pero… andar mirando la realidad aumentada en una pantalla de móvil, tiene riesgos físicos evidentes ( hace dos días, los Mossos sacaron del Túnel de la Rovira a dos japoneses cazando Pikachus y en Nueva York, hubo un colapso en el Central Park ).
Hay otro riesgo que no parece tan importante pero lo es : teniendo la realidad ¿para qué quieres verla en el móvil?
Yo me he sentido incomoda con el tema de la Privacidad: cuando juegas, hay acceso total a tu ubicación y la cámara está abierta… No sé…
Y después, está el tema de las posibles “incursiones” en propiedades privadas …
Los posibles “peros” se irán viendo a medida que vayan pasando “Incidentes-go”. Guste más o guste menos, que ha sido y es un éxito es indiscutible . Nintendo se ha revalorizado un 76% desde el lanzamiento. Millones y millones de descargas. Multitudes “globalizadas” a la búsqueda del Pikachu…
Sinceramente, creo que durará lo mismo que una tendencia de moda . Dentro de nada, aparecerá otra cosa ( que no me puedo ni imaginar) que barrerá al Pokémon Go y es posible que me lo descargue ( igual se pueden hacer partidas de Apalabrados con habitantes de exoplanetas)pero , ahora mismo, tras tres días de uso discreto, ya lo he eliminado de mis aplicaciones. No me hace falta más. Objetivo cumplido.
No soy (adulta) Go…
Desde luego que el juego es ingenioso y adictivo. pero el problema es que das permiso para que el sistema entre en todos tus datos y eso invierte el juego. Son ellos los que juegan contigo.
Yo tampoco soy GO
Básicamente, renuncias a la privacidad…Lo que pasa es que a según que edades eso es lo de menos. Ni se piensa.
El adulto sabe en lo que se mete. Un niño o un adolescente, no…
Bienvenida al Club de los No-GO!
Gracias bypils!
Yo no me bajé la aplicación, se por adelantado que no soy Go!
Besos, aumentados!
Si se aumentan los besos, vale la pena el GO. ; – )
Tampoco yo soy Go, ni hice el intento de bajar la aplicación. Es una fiebre que pasará y vendrá, como dices, otra diferente. A estas alturas a saber cuál será…
Un abrazo.
Yo estoy pensando en Marte… Ya verás, habrá vida y se jugarán partidas inter-planetarias.
Vaticino que la duración media del GO será tipo la de la moda «hipster». ; – )
Abrazos sin GO.
Unosamigos y yo nos bajamos una novche el juego por curiosidad, mi sobrino me había pedido que lo probara (tiene 24 años, es de la generación que vio Pokemon dibujos y en Venezuela es suicida ir con el teléfono por la calle).
El juego me pareció ingenioso y entendí por qué engancha… Pero hasta ahí, ya bastante enganchada estoy con las redes sociales como para hacerlo con esto también :)
Ahora bien, respecto a lo de la privacidad, en el momento que usamos FAcebook, Google Maps o alguna otra app ya la perdemos, no creo que Pokemon Go sea peor.
Tampoco soy Go :)
Bueno, en el juego la cámara siempre está abierta…No sé, da qué pensar…
Y, también, cuenta que yo ya soy mayor… ;-)
Un abrazo, CD
NB: Espero que pronto acabe el drama de Venezuela. Tengo amigos allí y sufro con lo que cuentan.