Leo en La Vanguardia (18/07/22), una entrevista a Eudald Carbonell, arqueólogo , codirector de las excavaciones de Atapuerca. Entre otras muchas cosas, habla del concepto de “planetización”.
“Conciencia planetaria de especie.El sistema humano y el sistema Tierra no estamos separados.Somos un mismo sistema. No puede haber sistema humano sin sistema natural.”
Somos una especie sin conciencia global. Nos quedamos en la conciencia individual como la prioritaria ( “Todos van a lo suyo, menos yo que voy a lo mío”). Después, vamos alcanzando otros niveles de conciencia y cuando los enumere, veréis lo difícil que es la cosa : conciencia de familia ( tribu), local ( dónde vivimos, barrio, ciudad), de país, de nación, de continente, etc. En ningún caso tenemos conciencia de planeta. Eso de que la tierra es de todos, que somos todos, que es una sola cosa , que nos pertenece a todos , parece un slogan banal pero no lo es. “Si no desarrollamos una conciencia colectiva, colapsaremos como especie”
Y acabo con otra frase en la que como el sistema somos todos, todos estamos representados : “La inacción contra el cambio climático demuestra que somos una especie imbécil”.

NB : Mientras escribo esto, hay 30 incendios activos en España y una súper ola de calor…
Esto leí hace muchos años, con la impronta roussoniana, «el primer ladrón es quien puso la primera cerca y dijo, «eso es mío»…». Debe ser voz respetadísima en el ámbito arqueológico el Sr. Carbonell, pero se mete en vereda que no es la suya. Pienso que es más un tema de sociológía que de arqueología. Los adelantos médicos, técnicos, alimentarios… suceden casi siempre en ese 25 % privilegiado del primer mundo, el resto tiene que ver cómo todo ello pasa a miles de kilómetros en un mundo ideal… Me centraré en el desembarco chino en África y lo que ello conlleva para los africanos y para China, dinero y algún adelanto para ellos y materias primas para los otros, no es por ninguna coniencia global, ni mucho menos sino por leyes de mercado puro y duro.
Suscribo el 95 % del post. Gracias por escribirlo.
Qué tristeza de verdad, y concuerdo… somos una especie imbécil que se autodestruye y arruina su entorno.