El gato gordo , apodado “El Rey de la zona”, que se paseaba por las casas del vecindario y recalaba , especialmente en la mía, ha desaparecido.
No sé como estará o dónde estará pero no lo hemos visto desde Navidad. Lo curioso es que no es nuestro y no nos hacia ni caso, pero lo hemos echado de menos. Me alegraría ver su andar parsimonioso y esa mirada indiferente de nuevo pero , de momento, no hay noticias del gato.

Desaparecido el depredador, la familia de petirrojos que nos visitaba cada año y que desde que estaba el gato, los veíamos de refilón, ha hecho acto de presencia ya de manera constante.

Aunque el instinto es el instinto , creo que mi gato gordo desaparecido era tranquilo, lento, viejo y poco reactivo. Podría haber una posibilidad de convivencia con el petirrojo pero tal y como está el mundo , lo que más se impone es depredador abusivo y presa indefensa.

Ojalá la convivencia…

