Cuestión de Mirada
Me miras… Cada tarde.
Es como si lo supieras. Como si me olfatearas en el aire y descubrieras mi presencia. Los sonidos familiares te avisan. Oyes el agua y te asomas a la ventana.
Y me miras…
Estás ahí hasta que me voy y , entonces, te vas tú… Y mientras pasa todo esto, me miras…
Me has mirado tantas veces que ,al final , ya te estoy queriendo. Te espero, cada tarde y dejo que me mires…
Perro del vecino, asomado a la ventana cuando riego mi huerto urbano.
Cuestión de Tamaño
Nunca he tenido en mis manos una de esas caracolas que, dicen , reproducen los sonidos del mar. Y siempre he querido oír el mar fuera de contexto. Por ejemplo, cuando estoy en mi hogar, sentada en un mullido sillón en pleno otoño. Cuando se habla de ocres, de calabazas y boniatos. En ese momento, querría disponer de una caracola y escuchar el sonido del océano.
Y hace unos días, encontré una caracola …
Final 1
Estoy encantada-dijo la hormiga– la caracola es tan grande , que casi puedo meter mi cabeza en su interior. ¡Qué bien se oye el mar!
Final 2
Esto es una miniatura de caracola ( terrestre, por cierto). No sé si se oirá el mar. Lo que seguro que no sé, es como ponérmela en la oreja…
Que bonita dedicatoria para ese «vecino»…pura conexión verdad?? sin palabras y en silencio…
Pufff que me has «tocado» …ahora entiendo porque sale y te mira ..y te mira…bien sabe él todo lo que en tí provoca
Besos con alas muchas para tí…..
Pura conexión, cierto…
Es adorable. ; – )
Besos alados!!
Este post me ha enternecido mucho.. porque has tocado dos aspectos, que en mi vida han sido emocionalmente importantes: mi perro.. hace ya cuatro años que no está conmigo, pero recuerdo su nobleza, como me acompañaba a la cocina mientras yo fregaba platos, o si me iba a planchar, se tumbaba y me observaba, fiel y cariñoso compañero. No tenía ni un mes cuando nos lo dieron, y me cabía en la palma de mi mano, su pelo castaño, sus ojos miel… si, le quería, y lloré su ausencia.
La caracola: de pequeña, mi madre tenía a la entrada en casa, dos caracolas grandísimas, de las que si te puedes colocar en la oreja. Me encanta el mar, y lo tenía siempre que quería cuando me acercaba la caracola a la oreja, y cerraba los ojos, era muy pequeña. Hace un para de años, adquirí una…y si… sigo escuchando el mar.
Besos :-) (sorry, me extendí)
Forman parte de la familia… Nosotros, sólo tuvimos uno en la casa familiar y tras su desparición, ya no nos vimos capaces de tener otro…
¡Qué suerte que tienes una caracola!!!
Besos, Inspi
Te la puedes poner tipo pinganillo. :-)
En mi casa desde que tengo conciencia siempre hubo dos grandes caracolas de esas… y sí que daba la sensación de oírse el oleaje del mar, no sé en qué momento se perdieron o mi madre se hartó de ellas y las hizo desaparecer.
NA: Ya tengo tarea para este fin de semana; preguntar por aquellas caracolas…
El relato del perro me ha gustado. :-)
Besos.
De pinganillo : acabo en Urgencias para que me «extraigan objeto sólido del canal auditivo». Gracias pero no… ; – )
NB : ¿Y las caracolas de tu madre? ¿Has descubierto dónde están?
Besos!
Aún no averigüé su destino, al final no pasé por su casa el fin de semana, pero el próximo no se libran. ;-)
NA: Hiciste bien en no hacerme caso en el tema pinganillo. Ja, ja.
Besos.
Ya informarás… ; – )
Besos!
Yo te aconsejo una grabación, se oye mejor jejejeje Muaks
Qué poco romántica, ainsss….
Pero, tienes razón. Incluso algo mejor :llego al mar, en diez minutos…; – )
Besos.