Desde esta ventana se ven unas montañas preciosas. Hubo un día, en el que alguien podía asomarse y deleitarse con las vistas.
La ventana parece estar triste.
Pregunto en el pueblo por esa casa.
Cosas de familia. Nadie se ha puesto de acuerdo en como repartir la herencia y, al final, la casa se ha venido abajo.
Y, sí, esa ventana está triste…
¡Qué lástima ver las casas así! La de historias que habrán caído con ella…